La conciencia permanece activa hasta 5 minutos después de que el cuerpo ha dejado de mostrar algún signo de vida
Un equipo de neurólogos del Hospital Charité-Universitätsmedizin, en Berlín, Alemania, descubrió que minutos antes de morir en el cerebro humano ocurre una ola de actividad eléctrica llamada “tsunami cerebral”.
Para esta conclusión, los investigadores examinaron la actividad cerebral de nueve personas que estaban a punto de morir y observaron una ráfaga de actividad que anuncia el cierre del cerebro.
Esta ráfaga sugiere que la conciencia puede estar presente hasta 5 minutos después de que el cuerpo haya dejado de mostrar algún signo de vida, lo que aumenta la posibilidad de que el proceso de “apagado” del cerebro pueda revertirse. En este caso, los pacientes analizados, tenían lesiones cerebrales y solicitaron que no fueran reanimados.
Los especialistas querían saber qué pasaba en el cerebro cuando inicia el proceso de muerte, pero no contaban con que descubrirían que incluso cinco minutos después de que el corazón dejara de latir las células cerebrales aún podían funcionar, hasta que un “tsunami cerebral” les mostró el momento en el que estas neuronas se apagaban antes de la muerte final e irreversible.
El médico Jens Dreier, líder de esta investigación, destaca lo siguiente: “Después del paro circulatorio, la difusión de la despolarización, la disminución del potencial de la neurona marca la pérdida de energía electroquímica almacenada en las células cerebrales y la aparición de procesos tóxicos que eventualmente conducen a la muerte. Es importante destacar que es reversible, hasta cierto punto, cuando se restablece la circulación”.
Sin embargo, cuando deja de fluir la sangre, las neuronas recurren a las reservas de energía durante cinco minutos antes de que se apague por completo. Esto sucede cuando los mecanismos que usan las neuronas para mantener los iones separados comienzan a fallar. Cabe destacar que los iones son partículas cargadas eléctricamente formadas cuando los átomos pierden o ganan electrones.
La ruptura entre estas partículas libera una cantidad masiva de energía electroquímica en el cerebro a medida que las neuronas intentan consumir frenéticamente combustible.
A este proceso se le conoce como la propagación de la despolarización y se caracteriza por la hiperactividad en las neuronas, seguida de un silencio repentino. Este silencio indica la cuenta regresiva final hasta la muerte, el cual puede revertirse por un período, concluyeron los investigadores.
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