Al acariciar un perro o gato, la presión arterial se estabiliza y disminuye el estado de ansiedad, angustia o estrés.
Las mascotas no solo son animales de compañía, también pueden contribuir a mejorar la salud física y emocional de sus dueños, pues ayudan a personas en estado de depresión, angustia y estrés.
Carlos Esquivel, y la psicóloga Yolanda Mena coincidieron en que los animales ayudan a terapia asistida para grupos vulnerables.
Mena de la Mora detalló que el contacto con animales y la naturaleza genera una mayor producción de neurótransmisores, como las endorfinas, serotonina, dopamina y oxitocina, que permiten tener sensaciones de bienestar, placer y relajación.
Indicó que hay beneficios sociales, intelectuales o cognitivos y socio-afectivos, pues facilitan el contacto con otras personas, sacan de foco de las actividades laborales o rutinarias, implican una forma de cuidado y proyección a otro ser.
La integrante del Grupo Mascoterapia detalló que esta razón los perros y otros animales son empleados en programas de intervención asistida para terapias físicas, de rehabilitación, educación y psicoterapias.
lanteó que encabezados por un especialista en salud mental, los grupos emplean animales, como perros, para apoyar a las personas con discapacidad física o mental, con alteraciones emocionales, socioemocionales y recluidas, entre otros grupos.
Dijo que en países de Europa ya hay acceso para que perros puedan ser animales de compañía o de apoyo a terapia para los enfermos en los hospitales, donde ya es común encontrar a estas mascotas.
Aclaró que la terapia con perros no sustituye un tratamiento médico, de rehabilitación, psicológico o psiquiátrico para los pacientes y solo es complementaria.
El médico Esquivel Lacroix indicó que las emociones impactan de manera decisiva en los tratamientos médicos para las enfermedades, así que una buena disposición puede contribuir a que sea más eficaz y las personas puedan sanar más rápido o mantenerse estables.
Ejemplificó el caso de los ancianos o personas con cuadros depresivos cuyas mascotas motivan a que se puedan levantar de la cama para poderlos atender o pasear.
El especialista dijo que a los niños y adolescentes un animal de compañía ayuda para que sean más responsables, establezcan lazos sociales, se puedan comunicar con mayor facilidad.
Sin embargo, aclaró que la adquisición de una mascota tiene que ser producto de un consenso familiar, para que cada uno de los miembros se haga responsable de su cuidado, pues muchos de estos animales son expulsados a la calle o sacrificados porque ya no se les quiere.
Fuente: El imparcial
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